Ya veis que llevamos un tiempo poniéndolo difícil para no hacerse socio de ASA. Aún así, si todavía no estás del todo convencid@, te animamos a leer el texto del presidente, Miguel Ángel Díaz Camacho, y nos cuentas qué te parece lo que vamos haciendo desde la Asociación.
CARTA 10_2014
Estimada socia – socio de ASA:
Hace ahora un año desde que la nueva junta directiva iniciara su andadura. No se trata aquí de hacer balance ni repasar las acciones que estamos desarrollando, para esto me parece más sencillo adjuntaros un informe de actividades actualizado que tan diligentemente confecciona nuestra secretaria técnica, Mireya Reguart Oyarbide. Sin embargo (ya me quedé con ganas en Navidad), sí me apetece compartir con vosotros algunas reflexiones sobre lo que considero ha trascendido en estos meses en el ámbito de la arquitectura y la sostenibilidad.
Durante el 2013 se han tramitado numerosas iniciativas desde el ámbito político, que de sobra conocemos, centradas en la rehabilitación y la eficiencia energética: Marco Financiero Plurianual 2014-2020 de la Unión Europea; Programa de Ayudas para la Rehabilitación Energética de Edificios existentes del sector hotelero y de vivienda (PAREER); el Proyecto de Impulso al Medio Ambiente (PIMA Sol) impulsado conjuntamente por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo; la Ley 8/2013 de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbana (Ley RRRU); o el Real Decreto 235/2013 de Certificación de la Eficiencia Energética de los Edificios.
Desde ASA no podemos más que celebrar el interés del Gobierno en avanzar sobre una política de ahorro energético centrada en la rehabilitación del parque construido existente, sin duda una dirección sobre la que debería apoyarse la esperada recuperación económica. Limitar la demanda de energía será uno de los retos globales más importantes para los próximos años, y sobre esto parece existir un cierto consenso internacional. A mi juicio, los vectores económico y medioambiental aparecen con claridad en todos y cada uno de los articulados anteriormente mencionados; pero conviene no olvidar, y creo que es labor de ASA recordarlo, los necesarios valores sociales y culturales que cuesta mucho más identificar en cualquiera de ellos.
El tratamiento cuanto menos ambiguo de los valores sociales, puede convertir la materia en cuestión (legítima) en una imposición bastante inoportuna para comunidades y usuarios, todavía faltos de la información necesaria, atónitos ante las noticias del día a día y, no nos olvidemos, con una tasa de ahorro familiar casi un 20% menor que al inicio de la crisis. Los grandes cambios han de tomar en cuenta a los ciudadanos, a nosotros, a todos. Por otra parte, debemos aportar valor cultural al proyecto de arquitectura desde los intereses relacionados con la gestión de energía y recursos. La brecha existente con el supuesto “stablishment” cultural (la docencia en las escuelas de arquitectura, las bienales, las publicaciones periódicas, los premios…ese caldo de cultivo que hace reconocible a un colectivo), debe concluir con el reconocimiento mutuo de las nuevas exigencias globales y locales a las que el mundo necesariamente ha de responder. Los arquitectos tenemos un enorme potencial de acción dentro del proceso de descarbonización de las ciudades, y podemos hacerlo sin renunciar a nuestros valores culturales ni a los mecanismos disciplinares que colectivamente hemos aceptado en el pasado como valores arquitectónicos. Reforzar por tanto los aspectos sociales y culturales de esta nueva andadura supone para nosotros un reto apasionante.
Es cierto que a la política de ahorro de energía parece no acompañar la Reforma del Sector Eléctrico (Real Decreto 9/2013). La última subasta del 2013 ofrecía una subida del coste de la energía de un 11% para los usuarios, con el tremendo lío posterior que se ha generado y que, de alguna manera, aún no se ha solucionado. El cambio radical en la política de renovables y el sistema de primas, ha conducido a una situación realmente sorprendente, muy negativa a mi juicio: no se contempla el Balance Neto; los excedentes de energía se pueden ceder al sistema pero sin ser retribuidos; y aparece un nuevo concepto, el “peaje de respaldo”, un cargo por el uso de la red que pone en grave peligro el desarrollo del autoconsumo y, en general, el futuro de las renovables. Evidentemente esta situación ha conducido a numerosas demandas de empresas y particulares que ven disminuidos sus derechos, una vez desearon invertir en tecnologías relacionadas con las energías renovables.
Se puede resumir entonces, que si bien las políticas destinadas a reducir la demanda han sido muchas y oportunas (aunque incompletas), las destinadas al aporte de renovables parecen francamente mejorables; desde luego, ambos grupos de iniciativas (demanda y renovables) deben coordinarse de una manera más eficaz. El atasco económico está impidiendo que la rehabilitación despegue y, en parte, las políticas energéticas están dificultando aún más la reactivación económica del sector: la energía es más cara, posponiendo “ad aeternum” la rentabilidad derivada del ahorro energético y ahuyentando los posibles fondos de inversión asociados a las ESEs; por otro lado, las compañías están comenzando a ofrecer productos “tarifa plana”, una sinrazón para cualquier estrategia de gestión de energía, cuando los instrumentos políticos pretenden fomentar precisamente lo contrario: ahorro y no tarifas planas “MAXI” para todo aquel que se la pueda permitir. En este caso la norma y el mercado parecen no hablar el mismo lenguaje, recordemos al usuario en medio de este fuego cruzado incomprensible.
Todo esto es nuevo y, en ocasiones, da la impresión que algo improvisado. Desde ASA seguimos trabajando en las cinco comisiones que establecimos hace un año, con numerosos e ilusionantes proyectos de difusión, formación, investigación y estímulo de políticas acertadas y eficientes, pero sin olvidar que las mejoras económicas y medioambientales de la ciudad del futuro no serán sostenibles, incluso podrían llegar a ser indeseables, si no vienen acompañadas de mejoras sociales y valores culturales, algo que a mi juicio, han resultado inseparables de la arquitectura desde su origen mismo. Espero poder conversar contigo en nuestra próxima asamblea, que tendrá lugar el próximo mes de mayo en IFEMA (Madrid) en el marco del II Congreso de Edificios de Energía casi Nula y la Semana Internacional de la Construcción y Rehabilitación Eficiente (SICRE).
Hasta entonces y esperando que la información sea de tu interés, recibe un fuerte abrazo.
En Madrid, 20 de febrero de 2014.
Para contactar con ASA:
Correo de ASA: info@sostenibilidadyarquitectura.com
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Muchas Gracias por el correo y la carta de Miguel Angel,
Estos días estoy terminando una propuesta, pero me he detenido a leer y descargar la carta, que es muy de mi pensar.
Reflexionaré sobre posibles iniciativas, acciones, y/o participaciones frente a esta realidad que nos toca vivir.
Desde el convencimiento de que, en vista de los acontecimientos bien secuenciados por nuestro presidente, y en una reflexión personal propia desde la experiencia, siento que los dirigentes políticos en general velan por sus intereses, forjando con empeño la inseguridad y desestabilidad de un sistema que, en situación de crisis y por naturaleza tendería hacia la evolución positiva encontrando soluciones a los problemas, y que en sus manos sólo se agravan como muestra de sus intereses separados de la inmensa mayoría, es questión de tiempo que las cosas se recuperen, pero es indudable que depende directamente de nosotros el que ese tiempo sea corto o largo larguísimo.
Adradezco la intención y trabajo de ASA