¿Se puede evaluar, con una única cifra, el nivel de la calidad de vida que aporta un edificio?
La dimensión social de la Sostenibilidad en la Construcción trata de destacar aquellas características de los edificios que son más difíciles de valorar en términos estrictamente económicos o ambientales (Ver “ISO > CEN > AENOR – La Evaluación de la Sostenibilidad Social de los Edificios”). Esa línea de investigación fue una de las que se estudiaron en el proyecto de investigación “Rehabilitación Sostenible”, un Proyecto Integrado del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI). Este proyecto buscaba métodos para rehabilitar los edificios de forma sostenible, yendo más allá de los aspectos energéticos. Una de sus prioridades era encontrar fórmulas para sensibilizar a los usuarios de los edificios sobre la necesidad de llevar a cabo rehabilitaciones energéticas.
Con ese objetivo, se desarrollaron varios indicadores sociales, entre ellos el Indicador Social Calidad de Vida. Se elaboró a partir de la revisión de diferentes métodos, herramientas de evaluación de la sostenibilidad y normas internacionales y europeas como éstas en las que trabaja el CTN 198 y sobre las que hemos ido hablando en las entradas sobre las reuniones plenarias de AENOR.
Su aplicación en un caso de estudio del proyecto permitió analizar las posibilidades de mejora de la envolvente del edificio con la intención de dirigir la actuación hacia la mejora de los aspectos sociales, de manera que dichas mejoras pudieran comunicarse de forma sencilla y rápida entre los distintos agentes implicados. Los resultados fueron publicados en el World Sustainable Building Barcelona 2014. Os dejamos aquí la comunicación que se presentó en aquel congreso por el Grupo de Investigación Sostenibilidad en la Construcción y en la Industria de la Universidad Politécnica de Madrid.
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