Como todos los años, la boina de contaminación se espesa sobre la ciudad de Madrid, y lo mismo ocurre en muchas otras ciudades. Ocurre que el tiempo frío y sin viento hace que las partículas contaminantes queden atrapadas a baja altura, y el aire se ensucia cada vez más hasta que llegue la borrasca que lo limpie todo. Como medida de emergencia se plantean restricciones al tráfico privado, prohibición de aparcar, reducción de la velocidad, etc. Estas medidas son evidentemente un parche, no solucionan nada, solamente palían un poco el problema. ¿Qué podemos hacer? La mayor parte de la gente no usa el coche por capricho. Pero podría no usarlo y vivir mejor. Vamos a verlo con un ejemplo: el transporte de los escolares al colegio.

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