El Jurado de ASA comenta:

Interesa mucho la reflexión sobre el enorme patrimonio de las ciudades de la costa turística española y como reconvertirlas en espacios de vida más allá de su función específica y necesaria de reformatear.

La propuesta da ideas para un nuevo turismo o residencia permanente para nuevos habitantes de las ciudades del mediterráneo y propone cambios funcionales y mejoras constructivas muy detalladas para la mejora y reducción de la demanda energética.

El jurado considera que es un tema que debería tratarse cuando se habla de la regeneración urbana.

Se encuentra a faltar una reflexión mas allá de la mejora de los espacios privados y como estos se integran con los espacios públicos.

LA INDUSTRIA TURÍSTICA

La constitución del turismo como industria y motor económico ha supuesto en muchos casos, la transformación radical de las ciudades. La Costa del Sol es un claro ejemplo de cómo la actividad turística ha propiciado – y condicionado brutalmente – el crecimiento exponencial de un territorio, convertido en objeto de explotación. Las consecuencias derivadas de una actividad turística descontrolada son claramente visibles hoy en día, ya no sólo a nivel del deterioro medioambiental, sino también en cuanto a la calidad de vida de las ciudades y sus habitantes.
Si bien es cierto que entender el turismo es un asunto complejo por la cantidad de variables con las que se relaciona, éste no puede entenderse sin la relación con el territorio y el paisaje. El turismo ha precipitado que en la Costa del Sol se haya dado lugar a una gran producción de riqueza a cambio de un consumo exagerado del territorio, dando lugar a situaciones que han acabado por colapsar el modelo turístico actual. La ocupación del territorio – el suelo – ha dado lugar a una degradación ambiental, urbana y paisajística que como consecuencia ha provocado una pérdida de calidad en la oferta turística.
Como se ha comentado anteriormente, la explosión del turismo de masas precipitó un crecimiento territorial masivo, que se tradujo en el consumo indiscriminado – con transacciones especulativas – del suelo, que transformaron brutalmente el paisaje de una franja litoral prácticamente virgen y de actividades fundamentalmente agrícolas y pesqueras a una masa continua de edificaciones fundamentalmente turísticas desde Torremolinos a Marbella, en un espacio temporal minúsculo.
El resultado de todo este proceso fue un cambio radical en las estructuras territoriales, urbanas, sociales y económicas que dieron lugar a la configuración de un espacio turístico surgido de la espontaneidad y a un paisaje particularmente icónico, que hoy en día reconocemos en el imaginario colectivo como la representación del fenómeno turístico.
La Costa del Sol, y en concreto, Torremolinos es un punto geográficamente muy interesante no sólo por su clima, sino por la cercanía que tiene a los países de origen de los que proceden la mayoría de los turistas que visitan España. Si se tiene en cuenta que la esperanza de vida va en aumento, así como el porcentaje de la población de edad avanzada; que son un grupo de la población con grandes cantidades de tiempo libre y con cada vez más tendencia a viajar, se observa que centrar la oferta turística en este conjunto puede dar lugar a un mercado turístico altamente especializado. Esta especificidad de la oferta turística propuesta beneficia no sólo al turista, sino también a la población local, ya que permite desarrollar un programa que atienda a las necesidades de los primeros, al mismo tiempo que pretende mejorar el impacto en el entorno local en el que se desarrolla. Además, el inevitable deterioro de las condiciones originalmente atractivas del lugar hace que sea necesario buscar nuevas alternativas a la oferta turística tradicional de “sol y playa” que sirvan para consolidar la Costa del Sol como un destino turístico de calidad.

TERCERA EDAD

La tercera edad se trata de un sector de la población que ha venido aumentando progresivamente en los últimos años. La mejora de la sanidad y el aumento de la esperanza de vida hacen que la gente viva más. La explosión del turismo en los últimos años ha llegado a todos los grupos de edades, y eso ha permitido que los grupos mayores de 65 años se hayan convertido en el segundo grupo mayoritario en cuanto a turismo se refiere, mejorando su calidad de vida en general, y permitiéndoles disfrutar de una actividad que las generaciones anteriores no habían podido permitirse.
Precisamente, muchos de ellos llegan a la Costa del Sol porque ésta les ofrece unas condiciones de las que en sus lugares de origen no disponen, y que hacen que muchos de ellos decidan quedarse indefinidamente, buscando mejorar su calidad de vida. Y esto supone una gran oportunidad.
Hoy en día nos enfrentamos a una gran problemática – a escala global – que tiene que ver con la percepción de la utilidad de las personas una vez que finalizan su periodo de actividad laboral y entran en esa categoría que denominamos “retirados o jubilados”. Ya de por sí, estas etiquetas dan muchas pistas de la situación que ocupan estas personas con respecto al resto de su entorno, como si su valor dependiera intrínsecamente de su papel como activo laboral en la sociedad. No tenemos en cuenta que todos, más tarde o más temprano, estaremos en la misma situación que se encuentran ellos ahora.
La realidad es que se trata de un sector que se ha visto bastante marginado de la sociedad, que generalmente se encuentra bastante desatendido, y que a menudo tiene muchas dificultades en el desarrollo normal de su día a día, bien por barreras socioeconómicas, bien por barreras físicas en su entorno, limitaciones físicas corporales propias o bien limitaciones mentales o psicológicas derivadas de un deterioro por enfermedad o edad.
El inevitable deterioro físico y mental, derivado o no de alguna enfermedad, acaba por hacer que estas personas requieran una atención constante de la que en muchos casos no disponen. En esta etapa entramos en la vejez controlada, que corresponde al periodo en el que, por diversas circunstancias, la persona se ve obligada a desplazarse de su hogar a una institución especializada – en mayor o menor medida – en el cuidado y atención de este sector de la población. Es lo que se conoce como las residencias geriátricas. Esto
no hace más que aumentar la carga psicológica de la persona, que se ve desplazada de su hogar y su entorno, y se encuentra en un lugar extraño, rodeada de gente desconocida, donde su libertad de actuación se ve bastante reducida. En estas instituciones, desgraciadamente, su vida activa se reduce considerablemente, si bien es cierto que les organizan actividades y talleres ocupacionales en parte también como terapias preventivas de enfermedades degenerativas. Con respecto al aspecto social, los horarios de visita establecen los periodos de tiempo en los que se relacionan activamente con las personas del entorno exterior al centro, restringiendo el resto del tiempo al personal y a los demás internos del centro.
Todo este panorama denota la falta de alternativas a este sistema que mantengan – dentro de lo posible – la independencia y actividad de las personas mayores y les permita, al mismo tiempo, seguir teniendo una vida activa en su entorno habitual.
Para que las personas de edad avanzada sigan participando en la vida social y lleven una vida digna es esencial que disfruten de seguridad financiera y tengan acceso voluntario a las oportunidades de realizar actividades útiles, incluido el aprendizaje permanente, el empleo y el trabajo voluntario y el uso de las nuevas tecnologías. Además, el transporte, la energía, la vivienda y la asistencia sanitaria deben estar disponibles, poder costearse y ser accesibles.
Frente a este envejecimiento progresivo de la población, ha surgido en los últimos años el concepto de “envejecimiento activo” como una forma de combatir el deterioro tanto físico como psicológico de la persona y promover la integración activa de este sector en la población, mediante la atención temprana y personalizada y la realización de actividades formativas y de intercambio social, de forma que las personas mayores no se sientan desplazadas y relegadas de la sociedad.

OBJETIVOS

Los dos objetivos principales de la propuesta son, por lo tanto, proponer una oferta turística específica para la población objetivo, que promueva la vida activa y la integración en el destino, y al mismo tiempo reducir el impacto de la actividad turística tanto a nivel medioambiental como a nivel de desarrollo urbano, proyectando un programa de actividades y espacios muy rico que sirven tanto a la esfera turística como a la urbana. El programa será una consecuencia de las necesidades y requerimientos de la población objetivo, así como resultado del análisis dotacional urbano, con el objeto de proponer una oferta complementaria a la ya existente.
Considerando el elevado consumo del suelo que presenta Torremolinos, se ha optado por plantear el proyecto como una rehabilitación de un edificio existente, ya que parece más coherente y sostenible el readaptar y rediseñar espacios que ya están disponibles, antes que seguir promoviendo el consumo intensivo del suelo disponible. Para ello, se ha elegido La Nogalera, ya que supone un conjunto urbano de gran interés por el alto valor patrimonial derivado de su importancia como referente arquitectónico de la Costa del sol, con una superficie que permite un desarrollo programático muy completo y extenso.

DOS ESCALAS

La propuesta se desarrolla en dos escalas: la escala urbana, que plantea una serie de actuaciones de mejora en el entorno inmediato del conjunto, así como en la Plaza de La Nogalera, atendiendo a las problemáticas existentes y las formas de vivir estos espacios en la actualidad, con las actividades que en ellos se desarrollan; y la escala edificatoria, que se centra en el desarrollo del programa en el edificio existente, y que busca siempre una integración y puesta en valor de los elementos patrimoniales icónicos del proyecto original.
La intervención conlleva no sólo una re-organización de los espacios, sino toda una definición técnica y constructiva, con un nuevo diseño de instalaciones adecuado a las exigencias de ahorro y sostenibilidad actuales, para lo que también será necesario definir un nuevo sistema de envolventes que cumplan los requerimientos de seguridad y aislamiento necesarios. Estos mismos requerimientos, así como el programa, exigirán también una serie de intervenciones en la estructura que permitan sacar el máximo partido a los espacios.

Equipo:

Alba Puertas Villalobos.  Graduada en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Málaga (Universidad de Málaga)

Documentación:

>> NGL018_Memoria

>> NGL018_Paneles

 

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