+ SOBRE REGULACIÓN DE PRODUCTOS DE CONSTRUCCIÓN +

 (I)

Artículo de María Jesús González Díaz

Para cumplir el objetivo de descarbonización de la edificación, es necesario conocer cuál es el contenido de CO2 incorporado en cada material o cada elemento de los que son utilizados en la construcción. ¿Cómo?

No se trata solamente de reducir el CO2 (y otros gases de efecto invernadero, GEI) emitido a la atmósfera en todo el proceso del material “de la cuna a la tumba”; también conseguirlo de forma que se incluyan otros objetivos como proteger la salud, la biodiversidad, crear puestos de trabajo… en fin, todo lo relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y hacer que “desarrollo – sostenible” no sea un oxímoron (dos palabras cuyo contenido se contradice).

Para ello, la Unión Europea (UE) necesita establecer unos límites o reglas comparativas y fiables. Se propone pues reformar la Regulación de los Productos de Construcción RPC (Construction Products Regulation, CPR en inglés) de forma que se pueda tener información fehaciente, establecida con unas regulaciones comunes para todos.

No hace falta decir que esta regulación tendrá efectos en nuestra profesión de arquitectos. Debe ser una ayuda para tener más conocimiento y realizar nuestro trabajo acorde con estos objetivos. Nos dará información para conocer la vida útil de los propios materiales constructivos, de los sistemas y de los diseños; sus posibilidades de reciclaje, sus componentes orgánicos volátiles (COVs), su huella de carbono y otros muchos etcéteras.

La regulación de los productos de la construcción tendrá que estar de acuerdo con otras normas. Entre ellas, la Directivas sobre eficiencia energética de los edificios. Hemos de prepararnos para ello. La eficiencia en el consumo de energía en el uso de los edificios ya está extendida y asumida; habremos de prepararnos para familiarizarnos con parámetros similares sobre los materiales constructivos que seleccionemos para construir (o rehabilitar) los edificios.

Y, por supuesto, esta reforma de las regulaciones de productos de la construcción se tomará en cuenta en un futuro como referencia para la llamada “Taxonomía” (esto ya en términos financieros). Son pasos importantes para apoyar el paso de una economía lineal (producir – usar – tirar) a una circular, en la que se cierren los extremos de esta cadena.

Recordemos: en 2050 Europa debería ser “neutra” en emisiones de CO2.

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