+ SOBRE REGULACIÓN DE PRODUCTOS DE CONSTRUCCIÓN +
(II)
Artículo de María Jesús González Díaz
Cuando se finalice la reforma de la Regulación de los Productos de Construcción RCP, (pero CPR en inglés), todos los agentes de la construcción podrán tener una información más exacta de las características de los materiales. Para los arquitectos en particular, esta información ampliará el criterio para prescribir unos u otros. Tendremos más conocimiento para seleccionar materiales. Además de las características habituales estructurales, de resistencia, inercia, de disponibilidad, de tradición, etc., etc., habrá más datos (aún) para tener en cuenta. El CO2 incorporado será uno de ellos.
Algunos materiales podrán tener un valor de carbono incorporado muy bajo, pero quizá tengan una vida útil corta y pueden ser perjudiciales para la calidad ambiental interior. Otros compensarán, quizá, una huella de carbono superior con una larga vida útil y otras características. La RPC proveerá también información sobre la toxicidad en caso de incendio, la emisiones de Componentes Orgánicos Volátiles (COVs) que reducen la calidad del aire interior. Estarán en coordinación con otras normativas sectoriales de la UE.
La Regulación de los Productos de Construcción RCP abarcará todo el proceso industrial y ciclo de vida del material (de la cuna a la tumba). Sus datos, además de servir para prescripción en diseño, estarán también reflejados en el “Pasaporte” (PAS-E) del edificio: lugar donde se han de ir incorporando no sólo los datos de los materiales en origen del edificio, sino también los incluidos en sus reformas, adaptaciones, etc., que muchas veces son muy distintos de los prescritos.
La RCP establecerá datos de materiales de origen biológico como la madera. Habrá también, probablemente, valores límite de carbono incorporado para los productos que se reemplazan con mayor frecuencia (como pintura y acabados). Ya hay estudios avanzados sobre las emisiones de GEI de los materiales más utilizados: hormigón, acero, ladrillo, aluminio, vidrio, madera y cobre. ¿Cuál de ellos es el mayor productor, en términos absolutos, de estas emisiones? Pues las producidas en la fabricación de acero y hormigón son parecidas: algo más de 1 Gigatón de CO2 equivalente por año.
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